Es posible que tiendas a menospreciarte en algunas situaciones. Si estás en este caso, probablemente dirás que sufres de baja autoestima. Puede que esperas que te ayudemos a elevar esa autoestima, pero no vamos a hacerlo, no porque no queramos que te sientas mejor, sino porque autoestima es un concepto poco práctico y contraproducente como explicaremos.

Primero vamos a definir los términos “auto” y “estima”. El término “auto” podría definirse como “uno/a mismo/a”. Así, tus conductas, pensamientos, características de personalidad, sentimientos, sensaciones, imágenes, sueños, partes del cuerpo, pueden ser atribuidos a ti y formar parte de “ti mismo/a”.

Tu ser es extraordinariamente complejo, ya que engloba todos tus comportamientos de toda tu vida, todos los pensamientos, imágenes y sueños que has tenido, todos los sentimientos y todas las sensaciones que has experimentado, etc. Además, es importante recalcar que tu ser es un proceso y cambia con el tiempo. Por lo tanto, tu ser, hoy, no es exactamente el mismo del que era ayer, ni lo será mañana.

Ahora consideremos el término “estima”. Significa juzgar, calificar, o evaluar. Así pues, autoestima significa calificar el propio ser en función de una característica: una conducta, un pensamiento, una emoción, una parte del cuerpo, etc.

Aquí está el problema ¿puedes calificar o evaluarte a ti mismo/a de manera justa en función de una característica, sabiendo que el ser es extremadamente complejo y en constante cambio?

La respuesta es NO.

Así, si tienes baja autoestima, estás otorgando sistemáticamente a tu ser, sumamente complejo y en constante cambio, una calificación global negativa. Como, por ejemplo, calificarte negativamente como “estúpido, inepto, tonto” por haber fracasado en una tarea importante o haber conseguido la desaprobación de alguien significativo por ti.

La solución no es darte una calificación global positiva, que es lo que tendrías que hacer para tener una alta autoestima. Decirte que eres “bueno, superior, el mejor” por haber conseguido éxito o porque te aprecian.

Así, si la mejora de tu autoestima no es la solución para el desprecio hacia uno/a mismo/a ¿cuál es?

La respuesta es: el desarrollo de una aceptación incondicional de uno/a mismo/a.

¿Qué es la aceptación incondicional de uno/a mismo/a?

Decidir definirse a uno/a mismo/a como «buena» o «valiosa» persona solo por el hecho de existir, solo por estar vivo, solo por ser un humano. ¡Por ninguna otra razón o motivo! Tender hacia esto es, pensar y actuar hacia la aceptación incondicional tanto si se tiene o no un resultado «positivo» o «bueno» y tanto si las demás personas te conceden su aprobación o no.

No concederse ninguna clase de valoración global o general a uno/a mismo/a. Podemos juzgar nuestras conductas, pensamientos, emociones, y los acontecimientos, como buenos o malos según si nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos y a nuestra felicidad, pero no podemos juzgar a todo nuestro ser, a nuestra esencia, en función de algunos aspectos. Eso es una generalización y por tanto un error. Es conveniente juzgar nuestros errores para poder estar motivados a cambiarlos, pero juzgarnos a nosotros/as mismos/as no nos ayuda a hacerlo mejor, ni tampoco a estar mejor.

 

 

Elena Marcello Santos

Psicóloga